27 febrero, 2018

CINCO PAÍSES ACAPARAN EL 85 % DE LA PESCA MUNDIAL



 Sorprendentemente, las flotas de cinco países acaparan el 85% de la pesca en alta mar, es decir, lejos de sus zonas económicas exclusivas: China, España, Taiwán, Japón y Corea del Sur.....
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15 febrero, 2018

ONCE MANDAMIENTOS DE LAS CURVAS DE NIVEL





TOMADO DE:
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01.- Toda curva debe de cerrar sobre si misma.
02.- Una curva no puede ramificarse en otras de la misma cota.
03.- Las curvas no se pueden juntar o cruzar, porque representan contornos de diferente cota de terreno.
04.- Las curvas solo se cruzan entre si, en el caso de una cueva o peñasco en voladizo.
05.- Una sola curva no puede quedar entre dos de mayor o menor cota.
06.- La distancia horizaontan entre dos curvas de nivel consecutivas, es inversamente proporcional a la pendiente.
07.- Las curvas igualmente espaciadas representean pendiente uniforme.
08.- Si el espaciamiento entre dos curvas es grande, la pendiente es suave, si es muy estrecho, representa una pendiente pronunciada. En el caso que estén sobrepuestas, representan un acantilado.
09.- Las curvas concéntricas representan una depresión o una elevación, segun las cotas vayan decreciendo o creciendo hacia el centro respectivamente.
10.- Las curvas de nivel son perpendiculares a la línea de máxima pendiente y tienden a ser paralelas a las corrientes.
11.- Las curvas en las divisorias son cóncavas hacia la parte más alta, mientras que en las vaguadas son convexas.

04 febrero, 2018

VIAJERAS DE LEYENDA. LAS ASOMBROSAS AVENTURAS DE UNAS TROTAMUNDOS VICTORIANAS


TEJERA, P.: “Viajeras de leyenda. Aventuras asombrosas de trotamundos victorianas”. Ediciones Casiopea. 2011.


Es de agradecer a Ediciones Casiopea la feliz idea de reeditar esta obra de Pilar Tejera dedicada a divulgar los increíbles viajes de estas intrépidas mujeres victorianas y sus aportaciones al conocimiento de zonas muy lejanas, sus gentes y formas de vida, su geografía, su diversidad paisajística y zoológica… Mujeres que movidas por su curiosidad y afán de liberación, comenzaron a hacer realidad sus sueños rompiendo las barreras de una sociedad machista que no las consideraba capaces de gestas semejantes y, por tanto, no debían formar parte de expediciones científicas y geográficas. Atrevidas y pioneras mujeres que recorrieron  lugares ignotos de los cinco continentes sobreponiéndose con determinación a riesgos y peligros propios de viajes tan aventurados en la época: enfermedades típicas de zonas trópico-ecuatoriales, abastecimiento, falta de higiene, climatología, medios de transporte que dejaban mucho que desea, ataques de fieras, relaciones inciertas con tribus que no veían muy bien a los europeos y menos a una mujer…

Mujeres, en fin, que quisieron compartir sus experiencias por medio de publicaciones, conferencias y charlas… que constituyen una fuente de primera mano, en su momento y aún hoy en día, para conocer abundantes aspectos de los lugares que visitaron. Acertadamente, Pilar Tejera incluye en su obra muchos fragmentos de sus escritos.

Es prácticamente imposible ocuparse de todas las mujeres que realizaron viajes extraordinarios en la época, Pilar Tejera se centra en las acciones de un grupo de mujeres (casi todas inglesas) presentándolas agrupadas por el carácter o destino de sus viajes.

En un primer bloque, bajo el epígrafe “de profesión trotamundos”,  la autora se centra en los viajes de cuatro mujeres. Ida Pfeiffer, cuya insaciable curiosidad le llevó a dar la vuelta al mundo dos veces durante las cuales conoció lugares y culturas insólitos y entró en contacto con tribus indígenas (incluidos los caníbales Batak de Sumatra…). Unos viajes no exentos de peligros y miedos que no arredraron para nada a Ida. Otra historia es la de Marianne North que, con sus pinceles a cuestas, recorrió diversos países de Asia, América, Australia para plasmar en sus lienzos plantas y aves exóticas, frutas prácticamente desconocidas en Europa, espacios naturales, ríos, lagunas, cataratas… Su legado más de 800 cuadros que constituyen un documento gráfico extraordinario. Isabela Bird que, a pesar de su mala salud, puede ser considerada una de las mayores trotamundos de la historia. Viajar y escribir fueron sus pasiones. Fue la primera mujer en ser admitida como miembro de la Real Sociedad Geográfica de Londres. Margaret Fountaine, una mujer de energía inagotable para quien la “caza” y colección de mariposas fue el pretexto ideal para viajar a lo largo y ancho de todo el mundo. Dejó como legado sus diarios y una gran colección de mariposas.

Un segundo bloque, titulado “La llamada de África”, está dedicado a cinco mujeres que se sintieron fuertemente atraídas por este continente. Mary Livingstone  que recorrió gran parte de África Central y Sur realizando una labor misionera y científica (dejó grandes aportaciones  para la geografía, zoología y paleontología). Alexine Tinne cuyo gran empeño consistió en buscar las fuentes del Nilo (algo que fue una obsesión para muchos viajeros y exploradores). A pesar de algunas desgracias, remontó el Nilo Blanco hasta la localidad de Gondokoro en el primer barco mecánico que conseguía remontar el Nilo hasta allí. Florence Baker cuyos viajes los realizó siempre con su marido que la compró en una subasta de esclavos cuando tenía 18 años en una pequeña población de los Balcanes. El matrimonio realizó un par de viajes a África siempre con la búsqueda de las fuentes del Nilo como obsesión. Sobreponiéndose a muchas dificultades, peligros y algún enfrentamiento con tribus nativas, llegaron al lago que ellos bautizaron como Alberto y descubrieron su conexión con el lago Victoria (habían llegado a dos de las fuentes del Nilo). Mary Kingsley  viajo en dos ocasiones a África Occidental. Se interesó vivamente por las costumbres y formas de vida de la zona para lo que visitó poblados, misiones, factorías francesas, el país de los salvajes y caníbales Fang, una de las zonas más peligrosas del Congo francés (conocida como el país de los gorilas)...  Esta intrépida mujer practicó en África lo que pudiéramos llamar turismo de aventura: rafting, trekking, salto con lianas, montañismo (se quedó a pocos metros de coronar la montaña Camerún de más de 4000 m. de altura). May French Sheldon, una mujer procedente de una rica familia de plantadores norteamericanos que se marcó como objetivos subir al Kilimanjaro y conocer a la tribu Masai.

El tercer bloque recoge las aventuras de varias mujeres que sucumbieron al “encanto de Oriente”, centrándose en tres de ellas. Lady Hester Stanhope, sobrina del primer ministro W. Pitt, una mujer con vocación de liderazgo que llegó a tener influencia y gobierno sobre algunas tribus árabes de Oriente Medio. Se identificó plenamente con el modo de vida árabes de los beduinos. Hizo algo más que un viaje por el desierto, vivió en él. Pasó sus últimos días abandonada y en malas condiciones físicas hasta su muerte en Djoun (Siria). Lady Jane Digby el Mezrab, la eterna enamorada. Buscó en Oriente Medio la felicidad que no halló en Europa, acabó casándose en Damasco con un príncipe beduino,  Medjuel el Mezrab. Llevó la vida propia de la esposa de un sheik beduino, vestía como el resto de las mujeres de la tribu. Se convirtió en una leyenda en Europa. Lady Anne Blunt, viajera infatigable por los desiertos de Oriente Medio y Arabia (fue de los pocos europeos que habían cruzado el terrible desierto de Nefud). Compartió sus andanzas con su marido, un lingüista y especialista en árabe clásico, que a veces eclipsó los logros de esta intrépida aventurera. Sus críticas al modo de dominación colonial le grajearon algunos enemigos en Inglaterra. Pasó sus últimos años viviendo conforme a los modos de vida árabes.

En otro apartado recoge andanzas de viajeras por “regiones asiáticas”.  Sophia Raffles que, acompañando a su marido, un funcionario colonial, residió en Sumatra (siete años de infierno que no le impidieron hacer excursiones para conocer la isla y las formas de vida tradicionales de sus gentes), Calcuta, Malaca y Singapur. Catherine de Bourboulon, esposa de un diplomático que tuvo varios destinos, pasó ocho años en China con el telón de fondo de la Guerra del Opio. Emily Innes que vivió algunos años en el sudeste asiático soportando duras condiciones de existencia. Se ocupa brevemente de una larga lista de mujeres que recalaron en la India acompañando a sus esposos diplomáticos, agentes comerciales o militares imperiales. La mayoría de ellas se ocuparon de mejorar la situación de la población india, especialmente de la femenina e infantil.

También España ejerció cierto atractivo para algunas viajeras: el espacio “poco domesticado”, las costumbres un tanto primitivas, los pueblos, la arquitectura árabe, la luz, el clima… y el mundo de los bandoleros pintado de una forma romántica. Recorrieron nuestro país, por ejemplo, Elizabeth Holland, Isabella Frances Romer (publicó una obra con estampas costumbristas), Dora Quillinan,  Lady Louisa Tenison (gran conocedora de nuestra cultura), Annie Harvey (escribió sobre los viajes en diligencias viajes), Lady Herbert (enamorada de España) Josephine Brickmann, Margaret D´Este, Frances Latimer, Fanny Bullok (recorrió varias provincias en bicicleta)….

Cierran el libro unas líneas a Emilia Serrano, baronesa de Wilson, que viajó por varios países de Centro y Sur de América, desarrollando una labor científica, cultural y de divulgación de la cultura española. Fue una mujer que rompió las barreras sociales de la España decimonónica.

la obra en la Web de la Editorial:
https://www.edicionescasiopea.com/libros/viajeras-de-leyenda/